Los mil pesos diarios que necesita una familia

La canasta alimentaria alcanzó un valor de 29.002 pesos para un hogar conformado por dos adultos y dos mayores. Una jubilación mínima, que cobra la enorme mayoría de los adultos mayores, alcanzará desde septiembre los 25.922 pesos

Para no perder terreno con el poder adquisitivo en medio de la alocada carrera de precios, una familia tipo de dos adultos y dos menores que en julio de 2020, en plena pandemia, tenía ingresos por 44.521 pesos, el mes pasado debió sumar 67.576 pesos. Para eso, un camino viable fue ser parte de los trabajadores representados en las paritarias que cerraron con los mayores aumentos de haberes en lo que va del año. Es que para no perderle pisada a los valores de los bienes y servicios, tuvo que lograr una recomposición de casi el 52% y de esa manera engrosar su bolsillo en 23 mil pesos.

Como eso fue posible en un muy pequeño universo de trabajadores, la enorme mayoría advirtió un deterioro que será más significativo cuanto más lejos se ubiquen de aquel porcentaje en su acuerdo salarial. Hay en esto un detalle: muchos acuerdos que se hicieron a comienzos de año se cerraron por porcentajes que rondaron entre el 30 y el 35 por ciento, pero la enorme mayoría incorporó una cláusula para revisar la cifra en la segunda mitad del año. Es que fueron los que más confiaron en la meta de inflación del ministro Martín Guzmán, que incorporó en el Presupuesto un porcenataje para todo 2021 del 29%. Los precios a julio ya superaron ese número y por lo tanto aquellas paritarias quedaron otra vez en terreno de derrota y serán reabiertas seguramente antes de las elecciones legislativas del 14 de noviembre.

Otros sectores quedaron también cerca del avance inflacionario. Son algunos estatales que aprovecharon también el año electoral. Generalmente en esos procesos obtienen recomposiciones más elevadas que en los años pares. Así, por ejemplo, la paritaria docente nacional y la provincial terminaron con importantes ajustes en los salarios durante la semana pasada. La Uepc, por caso, firmó un 45,5% total para 12 meses.

Muchos acuerdos que se hicieron a inicios de año se cerraron por porcentajes que rondaron entre el 30 y el 35%, pero la enorme mayoría incorporó una cláusula para revisar la cifra.

Fuera de esos acuerdos, hay un universo de trabajadores registrados y no registrados y autónomos que se llevan la peor parte y verán otra vez recortado su ingreso real de manera significativa. Será el cuarto año en fila, para muchos, que resignan dinero y empeoran su condición de vida por estar obligados a retroceder y resignar consumo. En parte eso se debe a que la actividad económica tarda en reaccionar más allá de que hay sectores rebotando incluso sobre niveles de 2019. Pero de nuevo, esa mejora es parcial y sectorial.

La pérdida de capacidad de compra de amplios sectores de la sociedad frena el movimiento en el mercado interno y entonces la economía se mueve perezosa. Hay un consumo alicaído y tampoco hay inversiones que puedan dinamizar.

Y la pérdida impacta de manera más contundente en los sectores más vulnerables. Y ahí también el Indec en su último informe sobre el valor de las canastas da una pista de lo que ocurre: los alimentos suben por encima del promedio de los precios de los bienes y servicios. Concretamente la canasta alimentaria se ubicó entre 4 y 5 puntos porcentuales por arriba de la canasta total. La primera sirve para medir la indigencia en el país, mientras que la segunda, es la que define la pobreza. La familia que no reúna 67.576 pesos mensuales es considerada pobre. La que no suma 29.002 pesos, no logra cubrir los gastos para alimentarse; es decir que necesita casi mil pesos diarios.

Los jubilados nacionales pasarán a cobrar el próximo mes, y gracias al incremento del 12,4 por ciento anunciado por el Gobierno, una jubilación de $ 25.922.

Lejos de todas esas cifras, la enorme mayoría de los jubilados que cobra la mínima hace malabares para sobrevivir mes a mes. El viernes, en una encuesta callejera del móvil del programa Puntal AM, una señora salía del supermercado ubicado en pleno centro de Río Cuarto y explicó que sólo comía al mediodía, porque sus ingresos no le permitían pensar en una cena. Agregó también que recibía alguna ayuda de su hijo porque su jubilación prácticamente se le agotaba la misma semana que la cobraba. Ese ejemplo se multiplica por miles.

Esa señora pasará a cobrar el próximo mes, y gracias al incremento del 12,4% anunciado por el Gobierno, una jubilación de $ 25.922.

Hay en esa carrera de ingresos y precios una noticia algo más alentadora: en lo que resta del año la mayoría de las consultoras y el Gobierno, estiman que la inflación debería desacelerarse. No será algo demasiado significativo, pero podría pasar del 4% promedio mensual de fines de 2020 y comienzos de 2021 a un 3% promedio mensual. El Gobierno colaborará para eso con dos decisiones trascendentales: mantener la devaluación del peso por detrás de la suba de precios (dólar oficial), y contener las tarifas como hasta ahora. A mediano plazo, ninguna de las dos cosas son sostenibles, por lo que hacia fines de año o comienzos de 2022 deberá tomar alguna decisión con respecto a ambas variables.

Por otra parte, es posible que el rebote de algunas actividades económicas siga consolidándose y eso le podría inyectar más oportunidaes, especialmente laborales, a los argentinos. En suma, puede haber alguna relajación en materia económica que permita al menos un leve alivio. Es también parte de la estrategia electoral delGobierno que imagina llegar a las elecciones con un clima algo más favorable en lo económico y esperando no tener contratiempos en lo sanitario; la clave que puede echar todo por tierra.

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