
08 Ago Cerveza argentina: cómo quedó el negocio
En 1880, Quilmes y Bieckert establecieron las primeras cervecerías industriales en la provincia de Buenos Aires. Desde entonces, surgieron 16 cervecerías y malterías, 15 centros de distribución, 250 distribuidores y más de 400 mil puntos de venta. Hoy en Argentina, la industria cervecera involucra 15 actividades productivas, en 11 provincias diferentes y, aproximadamente, un millón de hectáreas sembradas con diferentes productos para su elaboración. Además, de forma directa e indirecta, da trabajo a 150.000 personas.
En el país, el consumo promedio anual per cápita ronda los 45 litros, frente a los 65 de México y 66 de Brasil. Sin embargo, la importancia de la industria cervecera también radica en la transversalidad del negocio, que involucra muchos segmentos como la cebada, lúpulo, levaduras y malta; envases de vidrio y latas; tapas y etiquetas; cajones plásticos; logística; publicidad; bares y restaurantes; comercios minoristas y supermercados, entre otros insumos y servicios.
Por todo esto, el impacto de la pandemia -con sus restricciones, cierres y aislamientos- representó un duro golpe para el sector pero también para toda la cadena productiva. Y mucho más todavía para el segmento de cerveza artesanal.
Los dueños de la cerveza en Argentina
El mercado local de cerveza industrial está distribuido básicamente entre dos empresas. Por un lado, Quilmes (Brahma, Corona, Stella Artois y Budweiser, entre otras), con una participación del 65%, y que pertenece al grupo multinacional AB InBev, con sede en Bélgica.
Por el otro, con un 33% del share, está la empresa chilena CCU, con marcas como Schneider, Imperial, Heineken o Isenbeck, entre otras.
El porcentaje restante corresponde a cervecerías independientes artesanales.
En cuanto a las marcas, el debate sorprende. Contrariamente a lo que podríamos esperar por historia, el gusto de los argentinos coloca a Brahma en el primer lugar de su elección; seguida por Quilmes, Schneider e Imperial.“Hasta hace 6 años, la industria cervecera era bastante simple, tenías 90% de consumo de cerveza rubia, 90% de consumo de litro retornable y 85% de cervezas masivas, no Premium”, explicó para A24.com, Nicolás Rubino, gerente de Marketing de CCU.
La industria parecía en deuda con los consumidores y entonces decidieron ofrecer nuevos empaques, sobre todo en lata. “Antes de 2015, de lo que se vendía en Argentina, apenas 3% era por latas de cervezas y ahora ronda el 30%; mientras que las especialidades (cervezas rojas, negras, etc.), que antes representaban un 5%, ahora llegan 12%; y el segmento Premium, que estaba en 10%, llegó a 22%”, describió el ejecutivo para mostrar cómo lograron crecer en participación de mercado casi 11% en los últimos 8 años.
El impacto de la pandemia
A los vaivenes habituales de la Argentina se le sumó la crisis por pandemia que, si bien afectó al negocio en el principio del confinamiento, comenzó un repunte desde los últimos meses de 2020.
la realidad del negocio, desde Quilmes respondieron que “estamos en Argentina hace 130 años y atravesamos todo tipo de contextos y salimos adelante siempre con foco en el consumidor”.
En este sentido, confirmaron que “en un primer momento, la pandemia nos pegó de lleno, pero luego nos fuimos acomodando y evolucionando hasta llegar a donde estamos ahora, en un momento con buena demanda”.
Si bien producto del contexto registraron una pérdida de volumen histórica, en el segundo semestre del 2020, acompañado de la salida gradual del ASPO, “comenzamos a sentir una recuperación, tendencia que se mantiene en este 2021”, indicaron desde la compañía.
Por su parte, Rufino aseguró que “a mediano y largo plazo la industria debería salir fortalecida de este momento difícil, por eso seguimos apostando al país y a este negocio para seguir creciendo”. Una muestra de ello es que la empresa chilena invirtió $ 4.500 millones en octubre del año pasado.
Además, no todo fue negativo durante la pandemia. Desde Quilmes remarcaron la evolución de sus plataformas de eCommerce en los últimos meses: “Si bien el porcentaje de venta todavía es bajo, nos permitió tener un crecimiento cercano a 600%”, dijeron.
La empresa también confirmó su confianza en el negocio con una inversión de $ 5.000 millones el año pasado, con foco en sustitución de importaciones, producción local y aumento de exportaciones.
“Esperamos salir de esta gran incertidumbre provocada por la pandemia. La vuelta a la normalidad que estamos transitando debería estar acompañada por una mejora en el consumo”, sostuvieron desde la firma que integra el grupo multinacional.
Cerveza artesanal: la otra realidad
Según el análisis sectorial de la consultora CLAVES, la producción artesanal de cerveza en Argentina da sustento a cerca de 6.500 familias (la mayoría PyMES) y emplea a más de 50.000 en forma directa. Cerca del 95% de este tipo de cerveza se consume en canales de venta “on premise” (bares, restaurantes y comercios gastronómicos).
También existen micro-cervecerías, emprendimientos más pequeños que florecieron hace unos años con el boom cervecero y emplean entre 4 o 5 personas como máximo. El sector, pese a la proliferación de locales y marcas, no llega al 3% del share cervecero.
“Recibimos un golpe muy duro porque dependemos de los bares, de las salidas de la gente y su consumo”, cuenta Aníbal Loggia, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Cerveza Artesanal. Esto llevó al sector a adaptarse de diferentes maneras y modificar ciertas prácticas, como por ejemplo “la vuelta de la botella y el recurso del delivery”.
Por supuesto, sostiene, “a medida que abren bares podemos volver a despachar barriles y recuperar un poco de ventas, pero ese dinero apenas servirá para cubrir deudas generadas en estos meses”.